En este vitro-mural el personaje principal es la mariposa, símbolo de la vida y muerte en la cultura prehispánica. La gama de colores que van del amarillo al rojo representan la luz del día y del violeta a los azules se representa la obscuridad de la noche, haciendo un total de 28 mariposas que conforman un ciclo lunar. Los cuatro tableros horizontales significan cuatro periodos de 13 años, que conforman los 52 años de un ciclo prehispánico.
Esta obra está diseñada en función de la rotación de la tierra. En el equinoccio de primavera, 21 de marzo, un rayo de luz atraviesa los dos soles -el viejo y el nuevo- que se encuentran en la parte superior, reflejándose en el sol metálico incrustado en el piso.
En este mural están recreadas 12 plantas curativas, tomadas del Códice de la Cruz Badiano, que es el tratado de medicina tradicional más antiguo de América. Realizado en 1552, a solo 31 años de la caída de Tenochtitlán, por Martín de la Cruz, indígena egresado del Colegio de Tlatelolco, quien rescata el conocimiento ancestral del pueblo náhuatl.
Este códice escrito en náhuatl originalmente y traducido al latín por De La cruz Badiano y al español por José María Garibay, fue llevado a España y regresado a México en 1991.
Este bello mural lo realiza Siqueiros haciendo un paralelismo histórico de la humanidad, dividiéndolo en cuatro etapas:
La prehistoria: Multitudes de seres humanos yacen desnudos e inertes ante la enfermedad.
La historia: Representada a través de los egipcios, porque ellos, en sus concepciones esotéricas de las enfermedades, buscaban encontrar un remedio a ellas.
El presente: Una mujer mexicana representa la unión de los pueblos y agradece a los médicos su incansable lucha contra el mal. Los avances científicos están representados como una conquista solidaria entre los pueblos, es decir, una ciencia compartida.
El futuro: La humanidad triunfante, al ver el espectro del cáncer -encarnado en figuras monstruosas-, que huye derrotado ante el avance de la ciencia médica.
En las ramas del árbol se encuentran los nombres de sus fundadores. La grieta que parte el mural simboliza lo ocurrido el 19 de septiembre de 1985, fecha en que México se estremeció por los fuertes sismos.
Las acciones de rescate realizadas por los trabajadores y voluntarios a 2,300 personas se plasman en esta obra, una pareja representa el sufrimiento por las pérdidas humanas y materiales sufridas. En la parte superior se simboliza la destrucción y el renacimiento de este importante conjunto hospitalario.
Por último, la solidaridad de los mexicanos permitió que el Centro Médico Nacional Siglo XXI siga brindando la atención médica con la más alta calidad y calidez.