El Instituto Mexicano del Seguro Social proyectó que en el Centro Médico Nacional Siglo XXI la atención de la salud fuera integral, de la más alta calidad en sus servicios y con tecnología de punta. Además de tener una arquitectura moderna y funcional contiene en su interior maravillosas obras de arte en las que se manifiesta la riqueza de nuestra cultura mexicana, tales como murales, escultural y vitrales, pasando a ser así un fiel testimonio de la evolución de la Seguridad Social en México y que al contemplarlas fortalecen el espíritu de la población derechohabiente.
El mural se encuentra en la pared frontal de nuestro Hospital de Pediatría, en el edificio de educación médica. Anteriormente formó parte de la arquitectura del antiguo edificio del hospital que a consecuencia de los sismos de 1985 tuvo que ser demolido por medio de una implosión y a pesar de ello, esta hermosa obra de arte resultó ilesa.
En esta obra se sintetiza el mítico origen de las artes en Mesoamérica, apareciendo como figura central el Dios Quetzalcóatl (dios-pájaro-serpiente), quien se hizo hombre al ser encarnado en el vientre de una virgen y haber nacido el día dedicado al oriente: Ce Acátl (una caña-flecha), del año también una caña.
Localizada en la explanada entre el Hospital de Especialidades y la Unidad de Congresos, esta gran obra presenta a la madre con su pequeño hijo. En sus rostros expresan la gran ternura, el amor y la tranquilidad que les brinda el águila: alertora y protectora, que con sus alas los cobija, siendo un fiel testimonio y símbolo de la Seguridad Social en México.
Quetzalcóatl, a quien se le atribuyen la transmisión de la ciencia, la medicina tradicional, la creación del tiempo y la astrología entre otras cosas, se muestra impartiendo sus enseñanzas a la población indígena y las cuatro deidades o diosas del tiempo, sobre la música, la poesía, la danza, la pintura, la escultura y la arquitectura.
Los jaguares, a quienes los antiguos mexicas llamaron “Tlatlaquicelótl”, se encuentran representando al mal o la noche, y huyen en busca de refugio. En la parte superior izquierda aparece la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo donde sobresalen en la parte superior de la pirámide los “Atlantes” o “Titanes” de Tula. En este mural se magnifican los cuatro elementos indispensables para la vida: el agua, la tierra, el viento y el fuego, aunados a la belleza del arte y de la ciencia.
En su mano izquierda dos serpientes que al entrelazarse forman el signo nahui-ollin-cuatro-movimiento, que significa el quinto sol o quinta era, de acuerdo a la mitología azteca. En su mano derecha sostiene una flecha que atraviesa un corazón.
Debajo, entre vapores, está representado Tláloc, Dios del agua, que hace brotar a la hermosa vegetación que enmarca a una familia disfrutando de la naturaleza. A la derecha se encuentra el caballo con patas de acero que representa el apocalipsis, su jinete es un guerrero que absorbe la energía del caracol, que cuando el aire lo hacía sonar se creía que era la voz de Ehécatl.
A la izquierda del mural se observan dos mineros que por la falta de oxígeno se ven vencidos y detrás de ellos una mujer vestida de blanco manifiesta la esperanza por recuperar la salud; la figura mitad humana y mitad metálica representa la vida y la muerte.
En la base del mural, plantas acuáticas rodean el glifo de la gran Tenochtitlán. Se simbolizan con dos caracoles el agua y el fuego. Enmarcando la obra una cruz en bellos tonos azules, que representan los cuatro puntos cardinales.
La placa que se encuentra a mitad del mural hace alusión a la inauguración del Centro Médico Nacional siglo XXI, realizada el 7 de abril de 1992.